Se imaginan lo que el mundo del deporte se perdería sin Pau Gasol jugando al baloncesto, sin Rafael Nadal jugando al tenis, o sin Leonel Messi jugando al futbol. Evidentemente, todos dejaríamos de disfrutar de grandes deportistas haciendo aquello en lo que destacan.
Bien, pues esto, que a los que nos gusta el deporte nos parecería una gran pérdida, ocurre, y por desgracia, con miles de chicos y chicas que no destacan en aquello que saben hacer muy bien, porque ni se les diagnostica ni se les atiende. Me refiero a aquellos chicos y chicas de altas capacidades, que poseen un alto potencial intelectual, grandes talentos y que dejan de alcanzar grandes cotas intelectuales, no realizan grandes descubrimientos ni avances científicos, ni crean verdaderas obras de arte, porque no se les ayuda ni se les atiende académica y personalmente.
A través de la historia podemos observar cómo algunos países, conocedores y convencidos del gran potencial que poseen los alumnos con altas capacidades, fomentaron la investigación de estos chicos y chicas en campos de la tecnología, el desarrollo y el avance científico. Basta con retroceder hasta la época del desarrollo de la carrera espacial que tuvo lugar entre las dos grandes potencias mundiales del mundo: Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. En este momento histórico ambas potencias recurrieron a chicos de altas capacidades para integrarlos en sus programas de investigación con el objetivo de ser los primeros en este campo. Si recorriéramos mucho más tiempo atrás, podríamos ver cómo a lo largo de la historia del ser humano, desde los griegos, se ha intentado optimizar los recursos que poseía la sociedad, dedicando a los componentes de la misma a aquello para lo que demostraban muy buenas capacidades.
No se trata de explotarlos o de robarles su infancia, encerrándoles en laboratorios y centros de investigación, todo lo contrario, se trata de dejar que fluyan y que se desarrollen sus capacidades, potenciar sus intereses y su curiosidad intelectual.
La sociedad actual está dejando escapar una gran fuente de avances, de desarrollo, de creatividad. ¿Se imaginan los avances en campos tan diversos como la medicina, la tecnología, el arte, la investigación o el desarrollo, que podrían llevar a cabo los chicos y las chicas de altas capacidades si ahora se diagnostican, atienden y se les ayuda? El primer paso de este camino que estos chicos y chicas de altas capacidades pueden recorrer comienza con la detección temprana.
Quisiera terminar con una frase de Henry David Thoreau que es muy clara y acertada:
«Si alguien no anda al mismo compás que sus compañeros, quizá es porque percibe el sonido de otro tambor. Déjenlo andar al compás de la música que oye…»
Juan Fernández Sarria
Pedagogo del Centro A.S. y Orientador
2 comentarios en “Potenciales perdidos”
Efectivamente, y añado una pérdida más: grandes humanistas. Personas realmente concienciadas con las injusticias que son capaces de trascender sus intereses particulares en pos de un bien común. Una rara avis que se está perdiendo en este cada vez más especializado mundo en el que nos ha tocado vivir.
Un saludo y gracias por el texto, Juan.
José Luis.
Hola Juan, Hola amig@s de ASA, soy Paco Rivero, bueno la verdad es una
suerte que podais contar con Juan y sus compañeros de A.S, pues de verdad
que son unos grandes profesionales y ademas demuestran, aqui Juan
demuestra, una sensibilidad para con estos niños muy por encima de su
labor profesional y eso amig@s, es impagable, solo queria darte las
gracias Juan por aportar una vision tan clara de todo lo que nos redea en
este apasionante mundillo que unos antes otros mas tarde nos ha tocado en
SUERTE poder disfrutar. Gracias y un abrazo a tod@s…..Paco Rivero